domingo, 25 de febrero de 2018

Audiencia 2

SEGUNDA AUDIENCIA EN EL JUICIO AL POLICÍA ASESINO CRISTIAN DUARTE

MATAR AL QUE HUYE

Por Colectivo Contra el Gatillo Fácil

El viernes 23 de febrero continuó el juicio oral al policía Cristian Daniel Duarte, acusado de doble homicidio del que fueron víctimas Mauricio Andrada (17 años) e Ismael Perussatto (20 años), en un hecho ocurrido el 12 de febrero de 2014 en las calles 71 entre 23 y 24 de La Plata. En una jornada con pocos testigos pero muy discutida entre las partes va quedando claro, con apoyo en la tarea pericial, que Duarte actuó con la situación controlada y fusiló de costado y desde atrás a ambos jóvenes.

La primer testimonial fue de la perito Andrea Sánchez, médico forense de la Asesoría Pericial, que realizó la autopsia de Ismael Perussatto en febrero de 2014. Relató que les llegó el cuerpo desde el Hospital San Martín y tras su intervención determinaron que el joven murió por un shock hipovolémico producto del pasaje de un proyectil de arma de fuego que recibió en el abdomen, que ingresó a la altura de la octava costilla izquierda a la altura centro-axilar y que a través del examen interno se pudo determinar que le laceró el colon, duodeno, bazo y diafragma, y que la bala quedó alojada en el músculo oblicuo mayor derecho. Lo importante del caso es que la perito afirmó que la trayectoria del disparo fue de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y ligeramente de adelante hacia atrás. Eso indicaría que Duarte disparó parado y que Ismael recibió el disparo sentado en la moto, en diagonal a Duarte y levemente rotado hacia su flanco trasero izquierdo, es decir en posición más de fuga que de enfrentar al policía.

Además, la médica relató que encontraron en el cuerpo escoriaciones en el codo y la rodilla izquierdos, compatibles con una posible caída de la moto en que la víctima huyó del lugar del hecho. Recordemos que Ismael recibió el disparo en 71 entre 23 y 24 y llegó a huir hasta 19 y 72, donde cayó agonizante. La doctora Sánchez también precisó que el joven llegó con vida al hospital y tuvo intervención médica que, de todas maneras, no pudo salvarle la vida. Tengamos en cuenta, ya que la posición de la víctima es clave en la cuestión, que la Suzuki ax100 que manejaba Ismael y dejó una marca de acelerada en la calle a la altura de la posición de Duarte, le impedía para emprender la huida hacer otra cosa que tener ambas manos ocupadas en el manillar, ya que se trata de una moto de dos tiempos y requiere una mano en acelerador y otra en embrague. La única manera en que el disparo hubiera sido justificado por una amenaza al Halcón sería si Ismael, a quien no se le encontró ningún arma, hubiera enfrentado a Duarte y como detallaron las peritos eso no ocurrió.
A continuación otra forense de la Asesoría Pericial, la médica Gabriela Tinto, contó que realizó tanto la autopsia de Perussatto en febrero como la de Andrada en abril de 2014. Respecto a Andrada certificó que recibió una herida de bala que se determinó por dos heridas compatibles con el eje del pasaje de un proyectil a nivel de la línea axilar, que le fracturó la tercera costilla izquierda y la tercera vértebra dorsal, dejándolo parapléjico. Aclaró también que dada la sobrevida del joven, que agonizó por 40 días, y el avance de la cicatrización de las heridas, a simple vista no pudo determinarse qué orificio correspondía a la entrada y cuál a la salida del proyectil. Sin embargo dijo que por la opinión de la perito balística, que analizó el pasaje del proyectil en las ropas del joven, y apelando a la propia experiencia, se inclina por afirmar que la bala entró por la línea axilar posterior izquierda. Al incorporarse al debate las fotos de la autopsia, la defensa de Duarte trató de desacreditar la prueba con la excusa de que no se sabía el nombre del perito fotográfico que las tomó y no se había respetado la cadena de custodia del material. Sin embargo, la doctora Tinto explicó con lujo de detalles y con total firmeza, sin dejarse apocar por las preguntas maliciosas de la defensa de Duarte, que además de la herida mortal, Andrada presentaba varias heridas cicatrizadas en brazos y rodilla de lesiones compatibles con una caída, probablemente de la moto en que se desplazaban ambos jóvenes y tras recibir el disparo. Respecto a Perussatto, corroboró los aportes de la doctora Sánchez y agregó un análisis sobre la aparición de plomo, antimonio y bario en las manos del joven. Dijo que es un elemento compatible con haber disparado un arma de fuego, pero que no necesariamente era una acción atribuible al momento del hecho, y que el rastro de pólvora dura hasta que se lo lava.
Si la situación de Perussatto, que aparece desarmado en esta causa, fue claramente un fusilamiento de alguien que intentaba huir y la de Andrada presentaba algunas suspicacias iniciales por ser a quien se le atribuye el arma atacante, luego del testimonio de la perito Tinto no quedaron dudas de que Mauricio también fue ejecutado con un disparo lateral desde atrás, es decir tratando de evadir la situación. Ello se contrapone al testimonio del represor penitenciario Galeano, que como testigo ocular dijo en la primera audiencia que Mauricio se alejada de Duarte “de frente, retrocediendo y apuntándolo todo el tiempo” tras haberle sacado la mochila. La versión Galeano de los hechos no coincide siquiera con la de Duarte, que en su indagatoria de instrucción ubicó a los dos chicos sobre la moto al momento de disparar a mansalva.

La última testigo fue la perito balística Andrea Zamudio, quien relató que recibió para analizar dos municiones calibre 32 y el revólver que se le atribuye a Andrada. Dijo que según comprobó el revólver estaba apto para su uso y que los proyectiles estaban percutidos, pero que no se puede determinar si fueron percutidos en el momento del hecho. Recordemos que el informe de Policía Científica ubica junto al lugar donde cayó Mauricio el revólver, cargado con un cartucho, otra munición 32, la cola del disparador del arma y un fragmento de su cacha. Además ubica sobre la posición inicial de Duarte 1 vaina servida de 9mm, un poco más adelante ubica otro grupo de 3 vainas de 9mm más un fragmento de plomo de 4,7 gramos y en el centro de la calle, casi sobre la posición de Andrada, una 5 vaina de 9mm. La perito afirmó respecto al plomo que las cargas de 9mm llevan un plomo de 9 a 10 gramos y las calibre 32 varían según la marca del arma. Nuevamente la defensa de Duarte intentó hacer afirmar a la perito que Andrada habría disparado sin resultado el revólver, dada la presencia de cartuchos 32 percutidos. Sin embargo en si indagatoria Duarte no mencionó en ningún momento haber visto gatillar a su agresor y queda bastante para dilucidar respecto a las armas en la escena del hecho.
La idea intencionalmente instalada de que los “pibes chorros” o  “moto-chorros” matan por 20 pesos, por un celular o por un par de zapatillas se ve superada por los hechos de la realidad: un efectivo del Grupo Halcón, con alta preparación en situaciones de riesgo y disparos controlados, mata por la espalda por una mochila. No es de extrañar si pensamos que otro Halcón asesino impune fue hasta hace poco jefe de La Bonaerense, como es Pablo Bressi responsable de la “Masacre de Ramallo”, donde cosió a tiros a ladrones y rehenes por igual en septiembre de 1999. Luego de eso llegó a la jefatura de la fuerza de la mano de la gobernadora Mariug Vidal. La suerte de Duarte será peor, y aquí estamos para exigir su condena.

Sobre el final de la jornada el tribunal convocó a la tercera audiencia para el lunes 26 de febrero a las 10 hs, donde continuará la ronda de testigos con el resto de los peritos de Policía científica y los camaradas de Duarte en el Grupo Halcón.

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